En nuestra última publicación tratamos la relación entre arquitectura e individuo analizando cómo la altura de los espacios creados determina nuestra experiencia en ellos. Hoy vamos a exponer un nuevo factor a tener en cuenta cuando hablamos de arquitectura e individuo: El entorno verde.
Se ha descubierto que la vista que ofrece un edificio afecta a la habilidad de sus ocupantes para concentrase.Por ejemplo, ver entornos naturales, como parques o bosques, ayudan y fomentan la atención. Esto es debido a que los ambientes urbanos son muy estimulantes, demandan mucha atención y requieren más trabajo cognitivo que mirar un prado con árboles.
En edificios.
Cada año, las empresas invierten más en la creación de oficinas más sostenibles, beneficiosas tanto para el medioambiente como para los empleados. Uno de los diseños más destacados de oficinas y que tiene en cuenta este concepto de incorporación de espacios verdes en su interior es la torre del Commerzbank en Frankfurt. El edificio presenta una planta triangular compuesta por tres «pétalos» (las plantas de las oficinas) y un «tallo» formado por un atrio central de altura completa.
Alrededor del patio los jardines de invierno ascienden en espiral y se convierten en el foco visual y social de los grupos de oficinas cada cuatro plantas. Desde el exterior, estos «jardines en azoteas» otorgan al edificio sensación de transparencia y ligereza.
En términos sociales estos jardines funcionan cómo “plazas” y proporcionan un lugar para reunirse durante las pausas, y en términos ambientales, los jardines aportan luz diurna y aire fresco al atrio central, que sirve como «chimenea» de ventilación natural a las oficinas orientadas hacia el interior. En función de la orientación del jardín, se ha seleccionado vegetación oriunda de tres regiones: Norteamérica, Asia o el Mediterráneo.
1-Vista interior jardín vertical, Commerzbank, Frankfurt.
2-Dibujo visuales inteiores.
En las ciudades.
3-Vista aérea de Estocolmo.
Tener contacto con espacios verdes nos afecta de igual manera si aumentamos de escala. Los parques, las zonas verdes o el arbolado son elementos clave para mantener una buena calidad de vida. El contacto con los enclaves naturales nos permite reflexionar, sentirnos libres, relajarnos o reducir el estrés.
Copenhague, por ejemplo, es una de esas ciudades donde la calidad de vida es más alta. Por sus calles circulan más bicicletas que coches, existen políticas muy favorables a la familia y, como habrás adivinado, al medioambiente. Cada ciudadano vive a menos de 15 minutos a pie de una zona verde.
Otro ejemplo de ciudad “verde” sería Estocolmo que se sitúa sobre 14 islas, siendo el agua un elemento omnipresente. La ciudad cuenta con 57 puentes que permiten circular entre canales y parques conectando los diferentes barrios. Por eso es llamada la Venecia del Norte.