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K + K Hotels: Hotel excepcional construido en tiempo récord.

“Construído en tan solo 15 meses, el hotel K+K Picasso se convirtió en motor de regeneración y en atractivo turístico del barrio.”

 

El grupo hotelero K+K Hotels con sede en Austria eligió a nuestro equipo para desarrollar su nuevo proyecto en Barcelona. Siguiendo las directrices de la compañía, se situó en una de las zonas más céntricas y representativas de la ciudad: el barrio del Born, a escasos metros del parque de la Ciutadella. El terreno disponía de un gran potencial por su ubicación, sin embargo, su visión no se aproximaba nada a la actual.

 

De ser un espacio sucio y denigrante, se convierte en una zona de esplendor y belleza. Todo ello formó parte de un largo proceso del que fuimos partícipes. Las administraciones públicas y los propietarios privados habían dejado de mantener los servicios y viviendas en el barrio histórico. Por ello, el barrio se fue deteriorando hasta que los precios cayeron y comenzó su regeneración.

Las nuevas viviendas y locales atrajeron a nuevos vecinos y a familias extranjeras y es entonces cuando el barrio alcanzó su valor económico más alto participando nuestro hotel en 2012 en esta reactivación.

 

Con un total de 92 habitaciones -5 de ellas suites-, el hotel se integró en el estricto esquema arquitectónico del paseo Picasso, establecido en 1872, por el arquitecto Josep Fontseré i Mestres. Se trataba del último solar libre en el desarrollo urbano tras la restructuración de la Ciutadella y su conversión en parque a finales del siglo XIX. La obra comprendía una superficie total construída de unos 4000 m2 que se distribuyeron en 5 plantas de habitaciones y 2 sótanos de aparcamiento.

 

Nos encontrábamos en un emplazamiento cargado de historia donde la estricta norma urbanística nos establecía al detalle tanto alturas como morfología de fachada, así que intentamos adaptarnos lo mejor posible a nuestros vecinos. Trabajamos mano a mano con el director de proyecto por parte de K+K Hotels, Peter Lochmann, quién coordinó los trabajos de los industriales austríacos y diseño un patio interior inspirado en el Pabellón de Barcelona de Mies van der Rohe; la interiorista británica Rachel Becket, con quién se seleccionaron cuidadosamente materiales nobles como la madera oscura de cedro para conceder la elegancia y presencia necesaria a los interiores; y junto al paisajista Manel Colominas que diseñó un espléndido jardín japonés en el interior. Nuestro papel como arquitectos consistió en integrar a todos los agentes en el diseño para conseguir dotar los espacios interiores de una atmósfera perdurable que estuviera en armonía con la noble y rigurosa apariencia exterior.

 

 

Sin duda, nuestro despacho supo situarse en una posición estratégica: en un momento adverso que minimizaba la disponibilidad de capital local, el equipo de Wortmann articuló la inversión extranjera a través de un equipo internacional de arquitectos y colaboradores que trabajaban desde Barcelona y Berlín. El éxito radicó no solo en el rigor arquitectónico sino en una diligente gestión de tiempos y costes que permitieron completar el edificio en tan solo 15 meses sin desviación de presupuesto.

 

 

 

 

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